Diana Carolina Rey: El reto de soñar

La cultura encuentra en ella un sigiloso y bello centinela. Cuando nos paseamos por la Feria Internacional del Libro de Bogotá, esa fiesta de la imaginación que cada año nos refresca de la realidad hostil, estamos asistiendo al final de su estratagema lúdica. Es Diana Carolina Rey, coordinadora general del evento y encargada de negocios internacionales de la Cámara Colombiana del Libro. Se trata de una inquieta comunicadora social de la Universidad Javeriana con especialización en Gerencia y gestión de proyectos culturales y, básicamente, de una diestra gestora y una lectora implacable. Sus opiniones sobre el fenómeno editorial son importantes para quienes hemos decidido gastarnos la vida en el laberinto de la creación.

Después de haber participado como directora literaria en dos versiones de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, ¿qué percepción tiene de los cambios que ésta viene inoculando en la conciencia y el inconsciente colectivo de la ciudad?

La magnitud y la desmesura de la Feria de Bogotá necesariamente modifica la conciencia colectiva de sus habitantes. Creo que estamos haciendo un gran esfuerzo por internacionalizar el evento y hacerlo crecer. La idea es seguir trabajando de la mano con las editoriales para que cada año logremos la participación de autores más representativos de todo el mundo. Por otro lado el replanteamiento de la figura del invitado de honor creo que se ha sentido, y le estamos apostando a un intercambio cultural real entre los dos países, es decir contar con muestras culturales completas: Literatura, arte, música, gastronomía. Nuestra primera apuesta es México.

¿Cuáles son a su juicio los mayores atractivos de la programación de esta Feria que acaba de comenzar?

La programación de nuestro país invitado México con más de 200 actividades. El encuentro de periodismo y actualidad que trabajamos en asocio con la Fundación Nuevo Periodismo, el Encuentro de escritores, el encuentro Latinoamericano de editores de libros para niños y jóvenes, el Congreso de Lectura liderado por Fundalectura, el taller de negociación de derechos para editores impartido por el Licenciado José Luis Caballero etc. La Feria cuenta con programación para todos y realmente vale la pena venir.

¿Qué carencias tiene todavía este populoso evento?

Cada versión nos presenta nuevos retos, soñaría con tener más invitados internacionales, y no solo me refiero a autores, necesitamos contar con más compradores, visitantes. Me gustaría lograr que la Feria se convirtiera en destino obligatorio para todos los bogotanos y para personas de otras ciudades; que creciera cada vez más.

¿Sirve la Feria para combatir la peregrina creencia de que el placer y el intelecto están disociados y son guerreros adversos?

Claro que sí, no creo que los más de 400 mil asiduos visitantes vengan a pasarla mal. La Feria es el evento cultural más importante del año, un espacio de intercambio de pensamiento y de reflexión. Un espacio para reinventarse y mejorar.

Dos personajes y dos encuentros inolvidables que le hayan tocado en suerte durante los pasados certámenes.

La escritora norteamericana Susan Sontag y el pensador Gilles Lipovetsky, la exposición en homenaje a Julio Cortázar, el encuentro de nuevos cronistas... En fin, son muchos y nuestra apuesta es porque sean cada vez más, mejores y memorables.