Un adiós para Rafael Díaz Borbón

“Dadme una voz, entre las cálidas /voces de la casa. Construiré allí/ Las blancas noches”. Son los versos iniciales del libro de poemas Señales bajo el fuego de Rafael Díaz Borbón, el cual el pasado 1 de diciembre, después de padecer una larga enfermedad, ha partido. Quizá en estos versos se encuentre no sólo una poética, sino una postura vital de la cual da fe su obra ensayística, poética y pedagógica. En efecto, en su labor intelectual Rafael fusionaba la palabra hecha poema con la razón crítica transmutada en ensayo. Como escritor tenía una pasión en subvertir la norma, indagar hondo en la desesperación de nuestra época, escarbar en la herida de esta cultura necrofílica y perversa que nos toca vivir. Tal fue su trabajo intelectual y académico, el cual concretó en la Revista Opciones pedagógicas de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá. En sus 41 números publicó reflexiones sobre pedagogía crítica, como también análisis políticos, poéticos y culturales. Sus traducciones de Giuseppe Ungaretti, Czeslaw Milosz, de los poetas británicos contemporáneos, Fernando Pessoa, Blaise Cendrars, Carlos Drumond de Andrade, de Charles Bukowski, entre otros, merecen aquí nuestro más grande reconocimiento.

A continuación un poema de su libro Aprender el olvido, publicado en 1996:



LA CALLADA LUZ QUE AGONIZA

Ninguna música,

ninguna plegaria,

ninguna voz amiga,

ninguna delicia o placer

sustitutos, podrán reconfortarme;

ningún viaje de turismo al lugar

más hermoso de la tierra,

ninguna exaltación ni recompensa

de los poderosos,

podrán restituirme el bien amado;

calmar mi aflicción.

Nada diferente podrá devolverme la paz

y la felicidad.

Como la frágil llama de una vela,

ardo y me extingo

en la noche interminable.