Objetores

Por Jotamario Arbeláez

Transcribo el pronunciamiento que un grupo de colombianos hemos redactado ante la actual situación prebélica establecida entre Colombia y Venezuela.

“Los abajo firmantes, hombres y mujeres del pueblo de Colombia, artistas, escritores, académicos, gestores culturales, estudiantes y personas en general, comprometidas con la permanente búsqueda de un entorno más noble y digno para el ser humano, manifestamos:

1. Que por considerar la paz como la única opción válida, rechazamos de manera enfática cualquier forma de agresividad entre comunidades, de belicismo y, en síntesis, de violencia. Lo anterior significa, por supuesto, que nos oponemos a la carrera militar a ultranza que han emprendido varias naciones, incluida la nuestra, en aras de mantener un statu quo que, cada vez más, se aparta de los cánones de la democracia. Impugnamos, además del militarismo de estado y de las peligrosas bravuconadas armamentistas, cualquier forma de terrorismo, sin distinción alguna de matices políticos o ideológicos, así como aquellas actividades criminales, como el narcotráfico y la canalla industria del secuestro, que con sus brazos armados y apéndices paramilitares establecen verdaderos regímenes de violencia y terror.

2. En consecuencia con lo anterior, y atendiendo el concepto del Consejo de Estado de la República de Colombia, exigimos que se revise de inmediato la legalidad, a la luz de nuestra constitución y de nuestras leyes, del convenio firmado con los Estados Unidos de Norteamérica para cederle a este último país el uso en Colombia de una serie de bases militares que, con el prurito de proteger la integridad de la nación, convierten nuestro territorio en una auténtica punta de lanza de posibles acciones bélicas e intervenciones internacionales cuya simple eventualidad, aún remota, genera en toda la región un razonable malestar.

3. En vista del inconcebible clima bélico que ha empezado a germinar entre dos países que son hermanos, Venezuela y Colombia, reclamamos, en aras de una paz que nos pertenece a todos por encima de consideraciones personalistas o politiqueras, que, tal y como lo sugirió en términos de amable componedor el primer mandatario de Los Estados Unidos del Brasil, se firme entre las dos Repúblicas, y a la mayor brevedad, un tratado de no agresión que debe ser refrendado por los respectivos Congresos con el fin de otorgarle la dimensión y el alcance de una avenencia entre estados y de ninguna manera entre gobiernos.

4. Como primer paso, y en función de mantener el tradicional clima de hermandad que ha caracterizado a Colombia y Venezuela, le demandamos con urgencia a los dos gobiernos que se reanuden, de forma inmediata, las relaciones comerciales. De hecho, el rompimiento de estas últimas equivale a una agresión soterrada, incluso con connotaciones bélicas, en la medida en que sumerge en el caos económico a comunidades inocentes y pacíficas.

5. Nos declaramos objetores de conciencia frente a una indeseable confrontación militar con Venezuela o con cualquier otra nación. De la misma manera demandamos la búsqueda de soluciones políticas al conflicto interno que vive nuestro país.”

Encabezan las firmas: Fernando Toledo, Santiago García, Juan Manuel Roca, William Ospina, Jotamario Arbeláez, Amparo Osorio, Gilma Suárez, Patricia Ariza, Guillermo González, Beatriz Gómez, Carlos Romero, Lisandro Duque, Carlos Satizábal, Gonzalo Márquez Cristo, Antonio Correa Losada, Iván Beltrán Castillo…

Nota: Se pronunciaba ayer en El País el general Valencia Tovar en contra de la objeción de conciencia, frente a un estado de guerra. Que es cuando se ésta se manifiesta con mayor razón y fundamento. No vaya a ser que terminemos en la cárcel, como el joven Luis Gabriel Caldas, quien en 1994 fue encarcelado por manifestar ante la comisión de reclutamiento su negativa a prestar servicio por razones pacifistas y no violentas, y para liberarlo tuvo que intervenir Amnistía Internacional.