Propuesta desesperada contra la Corte

Por Enrique Vélez Piedrahita



El tema político del momento que de una u otra forma nos afecta a todos, se convierte de nuevo en preocupante motivo de alarma para el país.

Me refiero al artículo escrito por el inefable ex-asesor del régimen José Obdulio Gaviria publicado en EL TIEMPO el miércoles 4 de noviembre y titulado “PEQUEÑA CONSTITUYENTE”. Nuevamente, pues ya son varios y frustrados sus intentos, el señor Gaviria trata de descalificar al Presidente de La Corte, Dr. Ibáñez, comparándolo esta vez con un limpiador de piscinas en Guinea Ecuatorial que compitió en natación en los Olímpicos de Sidney (2.000), cuyo mayúsculo pecado fue ser un pobre limpiador de piscinas, carecer de entrenamiento y haber tomado una pantaloneta olvidada por un turista para presentarse a la competencia.

El señor Gaviria ha hecho todo lo posible por hacer que el Presidente de la Corte pierda sus estribos y al menos le conteste, pero el Dr. Ibáñez no ha caído ni caerá en la trampa pues ejerce a cabalidad sus funciones con sobrada diligencia y pericia y, en su imperturbable actitud le demuestra al áulico mensajero del mesías que la Corte se pronuncia a través de sus sentencias o mediante comunicados oficiales. Nunca se le ha visto, leído ni oído al Dr. Ibáñez una expresión que no pueda calificarse de atinada y mesurada, a diferencia de las acaloradas y pendencieras que casi a diario lanza el Presidente contra la Corte. Ahora resulta que la Corte por no elegir Fiscal General de la Nación de la terna que le envió el Presidente, el rimbombante ex asesor presidencial supuestamente lanza él, la idea de convocar una PEQUEÑA CONSTITUYENTE para que su Jefe se quite de encima unos magistrados que estorban sus torvos y politiqueros propósitos, esto es, para reformar la Institución de la Corte Suprema de Justicia y nombrar otros magistrados de bolsillo del ejecutivo, como los que hizo nombrar en el Consejo Superior de la Judicatura y como los que tiene listos en la Corte Constitucional para que pase el referendo reeleccionista. Pierde el tiempo el arrodillado y abnegado adulador de Uribe. La Corte no puede elegir un Fiscal que carecería de toda independencia rente al ejecutivo, como lo es el Dr. Camilo Ospina quien fue su propio Secretario General de la Presidencia y su Ministro de Defensa. Lo que desea el Presidente es tener también bajo su batuta, en su tercer periodo, un Fiscal que no investigue hechos de corrupción ya consumados o que surjan después y comprometan su responsabilidad penal o política. Esa es la razón por la cual, frente a la renuncia del Dr. Palacio, uno de los supuestos ternados, el Presidente, a sabiendas de que la Corte exigía un penalista reconocido, persistió en presionar la elección del Dr. Ospina llenando sutil y hábilmente el vacio con el nombre del Dr. Velilla, Consejero de Estado ajeno por completo a la disciplina penal, con lo cual creyó poder acorralar a la Corte, pero al ver que no pudo lograrlo, hizo su desesperada y frustrada alocución presidencial tildando de mentirosos al Presidente y Vicepresidente de la Corte.

Qué espectáculo tan maravilloso para el mundo. ¿Con qué otra amañada estrategia nos sorprenderán los furibistas?. José Obdulio: ¿no será mejor que de su preclara inteligencia, jamás antes conocida por la humanidad, saliera la brillante idea de aconsejarle al Presidente que simplemente y por la fuerza cierre la Corte?. Apuesto a que le suena.