Mário de Sa-Carneiro

Además de pulsar las cuerdas más sensibles del hombre, el poema coloniza otras zonas, en apariencia menos dignas de recordación, y una de las más importantes de ellas es la risa, el incontenible, volcánico y subversivo humor, tan cáustico cuando lo trafica la inteligencia, como una rebelión festiva, una asonada lúdica. El siguiente poema es un espléndido ejemplo de ello.

Su autor, Mário de Sa-Carneiro es uno de los más memorables poetas portugueses, pese a no haber vivido sino 26 años. Nació en Lisboa y murió en París. Fue fundador de la revista Orfeo, junto al mítico Fernando Pessoa. Entre sus principales libros se cuentan Principio (1912), Cielo en el fuego (1915) y Confesión de Lucio. Pese a su buen sentido del humor, o quizá gracias a él, Sá-Cárneiro termino suicidándose.



FEMENINA

Yo deseo ser una mujer

Para echarme al lado de mis amigos

En las bancas de los cafés.

Deseo ser una mujer

Para echarme polvo de arroz en el rostro,

En los cafés, delante de todos.

Quisiera ser una mujer

Para no tener que pensar en la vida

Y poder conocer a muchos viejos

Para arrebatarles su dinero.

Quisiera ser una mujer

Para que se me vaya el día entero

Halando de moda y estar entretenida

Haciendo comentarios.

Quisiera ser una mujer

Para tocar mis senos

Al acostarme y contemplarlos

En el espejo,

Y quisiera serlo

Para que me sentaran bien

Aquellos disparates que a un hombre

No se perdonan.

Yo quisiera ser una mujer

Para poseer muchos amantes

Y engañarlos a todos

Incluso al predilecto;

Cuánto me gustaría

Engañar a mi amado rubio y esbelto

Con un muchacho extravagante

Horrible y gordo.

Yo quisiera ser una mujer

Para excitar a quien me observa,

Quisiera ser una mujer

Para poder excusarme…



(Tomado de Poemas perversos, Colección Los Conjurados)