PAUL CELAN

Se trata de una de las voces más trágicas, hermosas y ejemplares de la poesía alemana del siglo pasado. Su existencia, circundada siempre por la tragedia, a la que combatió con las armas lustrales de la imaginación, se parece en mucho al tránsito de los santos y los mártires, y refleja al tiempo la desgarradura esencial del ser humano y la desdicha fatídica de que esté obligado, frente a la historia, a ser un inerme súbdito, una marioneta anonadada por las fechas y los hechos.

Nació en Rumania en 1920 y murió en Francia en 1970. Aunque su padre, Leo, era un judío sionista, y recibió la pesada carga del dogma hebreo, Celan escapó de la ortodoxia religiosa, se hizo socialista y abogó por causas humanísticas como la del socialismo judío y la de la república durante la terrible Guerra Civil Española.

Los nacionalsocialistas no estaban dispuestos a ser permisivos con un ser humano tan clarividente y por lo tanto tan peligroso y, luego de encerrar a su padre en un campo de concentración, donde murió de tifoidea, y asesinar a su madre mediante un método siniestro, dieron cuenta de él, haciéndolo huésped de deshonor en un campo de trabajo de Moldavia.

Después de que reencontró la libertad, el hacedor iluminado daría a luz, uno tras otro, a doce poemarios, penetrados de fascinación hacia la mitología, la Biblia, el secreto de la cábala, el misticismo hebreo y las obsesiones supremas que asfixian al creador desde que el mundo es mundo, y que cohabitarían en él tinturando su vida con el color de la desdicha: Amapola y memoria, Rejas de sangre, La rosa de nadie, Poemas póstumos y Hebras de sol, son algunos de esos títulos perturbadores. Celan se suicidó, arrojándose al río Sena desde el puente Mirabeau de París.



FUGA DE MUERTE

Traducción de Jesús Munárriz

Leche negra del alba la bebemos al atardecer

la bebemos al mediodía y a la mañana la bebemos de noche

bebemos y bebemos

Cavamos una fosa en los aires allí no hay estrechez

En la casa vive un hombre que juega con las serpientes que escribe

que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarete

lo escribe y sale a la puerta de casa y brillan las estrellas silba

llamando a sus perros

silba y salen sus judíos manda cavar una fosa en la tierra

nos ordena tocad ahora música de baile



Leche negra del alba te bebemos de noche

te bebemos de mañana y al mediodía te bebemos al atardecer

bebemos y bebemos

En la casa vive un hombre que juega con las serpientes que escribe

que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarete

Tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una fosa en los aires

allí no hay estrechez.



Grita cavad más hondo en el reino de la tierra los unos

y los otros cantad y tocad

echa mano al hierro en el cinto lo blande tiene ojos azules

hincad más hondo las palas los unos

y los otros volved a tocar música de baile.



Leche negra del alba te bebemos de noche

te bebemos al mediodía y a la mañana te bebemos al atardecer

bebemos y bebemos

un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarete tu cabello de

ceniza Sulamita él juega con serpientes.



Grita tocad más dulcemente a la muerte la muerte es un amo de Alemania

grita tocad más sombríamente los violines luego subiréis como humo en el aire

luego tendréis una fosa en las nubes allí no hay estrechez



Leche negra del alba te bebemos de noche

te bebemos al mediodía la muerte es un amo de Alemania

te bebemos al atardecer y a la mañana bebemos

y bebemos la muerte es un amo de Alemania su ojo es azul

te alcanza con bala de plomo te alcanza certero

un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarete

azuza sus perros contra nosotros nos regala una fosa en el aire

acosa con las serpientes y sueña la muerte es un amo de Alemania

tu cabello de oro Margarete

tu cabello de ceniza Sulamita.